Playa de la isla Guadalupe rodeada de palmeras y el mar Caribe
Guadalupe tiene un apodo muy bonito. Los locales se refieren a ella como la «Isla de las Mariposas» por su curiosa forma. Pero dejando de lado los sobrenombres, este destino caribeño tiene un ambiente mágico que no querrás perderte.
Situada en pleno corazón del Caribe, Guadalupe es la isla más extensa de las Antillas Menores. Además de contar con la reserva natural más grande de la región, combina enclaves idílicos con pueblos criollos en un territorio europeo.
Y es que, aunque resulte increíble, la isla Guadalupe es uno de los departamentos de ultramar de Francia. En otras palabras, pertenece a Europa.
Si quieres conocerla a tus anchas, permítenos ayudarte a planear tu viaje: descubre el encanto de las playas, parajes y hoteles de Guadalupe en nuestra guía completa.
Guadalupe está formada por dos regiones principales: Basse-Terre y Grande-Terre. Si pudieras contemplar la isla gemela desde las alturas, notarías enseguida su parecido con una mariposa.
Al ser de Francia, Guadalupe también forma parte de la Unión Europea. Eso quiere decir que no tendrás que cambiar tus euros para irte de vacaciones porque esa es la moneda oficial.
En la isla, que tiene poco menos de medio millón de habitantes, se habla francés y criollo antillano. Pero en la mayoría de las zonas turísticas puedes comunicarte en inglés sin ningún problema.
Si sueñas con unas vacaciones de sol y playa en Guadalupe, estás de suerte. Tanto Basse-Terre como Grande-Terre están repletas de playas bonitas. ¡Las hay para todos los gustos!
Plage de Grande Anse (Deshaies): Una extensa playa de arena dorada con todo tipo de comodidades.
Plage de la Datcha (Gosier): Muy popular entre los lugareños. Desde aquí puedes remar en kayak hasta el islote de Gosier.
Plage de Bananier y Plage de Malendure: Los destinos preferidos de los surfistas empedernidos.
La Caravelle (cerca de Sainte-Anne): La playa más «instagrameable» de la isla según nuestros piratas.
Plage du Souffleur (Port-Louis): Un rincón mágico pero poco conocido. Es la playa perfecta para escapar del turismo masivo.
En la isla encontrarás una amplia variedad de alojamientos, desde hoteles boutique y resorts de cinco estrellas hasta pisos de alquiler con cocina incluida, ideales para quienes no quieren renunciar a su independencia. También hay hoteles de gama media, hostales con opción a desayuno y albergues para mochileros.
🏴☠️ Consejo pirata: No dejes de explorar las pequeñas islas vecinas. Puedes saltar de Marie-Galante a La Désirade en ferri. Pasarás un día tranquilo y relajante sin el bullicio de los sitios más turísticos. Si te animas a ir, aprovecha para bucear y hacer esnórquel en sus aguas cristalinas.
Volcán de Guadalupe, La Soufrière
La excursión a La Soufrière será uno de los momentos más emocionantes de tu viaje. Este volcán activo de casi 1500 metros de altura emite vapores, silbidos y chasquidos todo el día. Los locales lo llaman «la vieja dama».
Pese a su apariencia imponente y apocalíptica, es un paseo seguro. Además, la panorámica desde la cima hace que todo merezca la pena.
Basse-Terre y su parque nacional
El volcán La Soufrière está situado en Basse-Terre, una de las islas principales de Guadalupe. Esta zona es rica en cascadas, ríos de aguas cristalinas y vegetación exuberante.
Justo aquí encontrarás el parque nacional de Guadalupe. Con 17.000 hectáreas de selva tropical, este espacio natural fue declarado Patrimonio de la Humanidad por la UNESCO.
Si te animas a explorar Basse-Terre, acércate a la reserva Jacques Cousteau, perfecta para los amantes del buceo. ¿No te apetece nadar? Opta por un paseo en un barco con fondo de cristal para admirar la vida marina sin mojarte.
Isla Grande-Terre de Guadalupe
La isla de Grande-Terre cautiva a cualquiera con sus playas de arena blanca y aguas turquesa. Te aconsejamos recorrer la costa de Pointe de la Grande Vigie porque es un espectáculo natural. Ah, y antes de volver al hotel, mira cómo el Caribe se funde con el Atlántico desde el mirador de Pointe des Châteaux.
🏴☠️ Consejo pirata: Grande-Terre también es perfecta para el surf. Alquila una tabla e intenta domar las olas.
Petite-Terre, un santuario natural
Petite-Terre es un pequeño paraíso en la tierra. Hablamos de una zona prácticamente virgen, además de un refugio para las aves. Debido a su valor ecológico, solo pueden visitarla 200 personas al día, lo que la convierte en un destino exclusivo.
Pointe-à-Pitre, la ciudad más grande de Guadalupe
Guadalupe no es solo playas (y Pointe-à-Pitre es la muestra de ello). La ciudad más grande de la isla te espera para que puedas empaparte de la cultura criolla. Pasea por las calles mientras capturas las casas típicas con el móvil. Después, piérdete en sus coloridos y animados mercados, como el Marché Saint-Antoine.
¿Te gusta la arquitectura? Visita la catedral de Saint-Pierre-et-Saint-Paul. Hay otros lugares emblemáticos, pero si estás en busca de una experiencia interactiva, mejor apúntate al tour del Museo del Ron o a una excursión por los manglares.
🏴☠️ Consejo pirata: El paseo por el Museo del Ron incluye una degustación de cócteles típicos de la región. Aprovecha y ordena algo auténtico, como el Ti' Punch.
Îles des Saintes, un paseo memorable
El archipiélago de Les Saintes es un conjunto de nueve islas pequeñas, aunque solo dos están habitadas. De ahí que sea el destino perfecto para quienes buscan relax.
Recorre las colinas, relájate en la playa de Pompierre y mira la puesta de sol desde la bahía de Marigot. Y si tu itinerario te lo permite, entra en el Fuerte Napoleón.
Festival de los Cocineros de Guadalupe
Este festival gastronómico se celebra en agosto. Todo empieza con un desfile por las calles de Pointe-à-Pitre. El recorrido culmina con la bendición de los platos tradicionales. Después de esa última parada en la iglesia, podrás degustar los manjares locales.
Si quieres aprovechar al máximo tus vacaciones en Guadalupe, te aconsejamos alquilar un coche. Es la mejor manera de recorrer la isla a tu ritmo, explorando cada rincón que te apetezca. He aquí un par de opciones que merece la pena conocer:
Que alberga el volcán activo La Soufrière (de 1467 metros de altura). Si te gusta el senderismo, intenta llegar a la cima. Una vez arriba, asómate a las «puertas del infierno» (el cráter del volcán).
¿Prefieres mantener la adrenalina bajo control? No pasa nada: hay opciones para ti. Visita las cataratas de Carbet, de 125 metros de altura. El camino es fácil de recorrer, así que puedes ir hasta con tus peques. Encontrarás las cataratas a unos 20 minutos andando.
La parada perfecta para los amantes de la naturaleza. Aquí podrás conocer la flora autóctona de la isla y avistar algunos de los animales más comunes de la región. Los senderos están bien cuidados y hay zonas especialmente diseñadas para niños.
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