¿Cansado del gris de siempre? ¿Te apetece añadir un poco de color a tu próxima aventura? ¡Prepara los ojos (y la cámara), pirata! Hemos encontrado algunos de los lugares más llamativos y fotogénicos del planeta. Pero ojo: este post te va a dar unas ganas locas de hacer la maleta YA. 🧳🚀
Chefchaouen, también conocida como la ciudad azul, parece sacada de un sueño. Algunos dicen que el color ahuyenta a los mosquitos, otros que simboliza el cielo y el paraíso. Sea como sea, cada callejón aquí es como un cuadro al aire libre.
Trinidad es una joya cubana con sabor a otra época. Entre casitas coloniales en tonos pastel, calles empedradas y coches clásicos de todos los colores, no es raro que la UNESCO la tenga en su lista. Hay quien dice que aquí hasta un pintor se quedaría sin colores que añadir.
Igual no te suena, pero este pequeño pueblo polaco es una explosión de flores. Las casas están pintadas a mano, por dentro y por fuera, con un estilo folclórico que no vas a ver en ningún otro sitio. Como estar dentro de un cuento rural.
Este pueblito andaluz se tiñó de azul para una peli de Los Pitufos… y se quedó así porque a la gente le gustó. Hoy es parada obligatoria para viajeros curiosos y perfecto si te apetece una aventura un poco surrealista.
Conocido como el Rainbow Village, este barrio se salvó de la demolición gracias a un exsoldado con pinceles en mano. ¿El resultado? Un estallido de murales, muñecos y color por todas partes que sigue enamorando al mundo, incluso después de la muerte de su creador en 2024.
Muy cerquita de Medellín, Guatapé es pura vida. Sus zócalos llenos de color cuentan historias en las fachadas, y si subes a la Piedra del Peñol, la vista te deja con la boca abierta.
La última joya de la Costa Azul. Menton parece sacada de un cuadro impresionista: fachadas en tonos sorbete y un mar que refleja la luz con ese toque chic tan francés.
Cinco pueblos que parecen colocados a mano sobre colinas escarpadas: Riomaggiore, Manarola, Corniglia, Vernazza y Monterosso. Puedes llegar en tren o en barco, y una vez allí… déjate llevar por el encanto de sus casas de mil colores.
Las calles del Viejo San Juan son un mosaico tropical que cuenta la historia colonial de la isla, mezclando pasado, toques modernos y toda la energía del Caribe.
A un paso de Venecia, Burano es conocida por sus canales rodeados de casitas de colores vivos. Dice la leyenda que los pescadores las pintaban así para poder encontrar el camino de vuelta entre la niebla.
Un quartiere storico che parla di libertà e resilienza. Qui i colori delle facciate sono un simbolo di orgoglio e identità. Impossibile non farsi tentare da una sessione fotografica!
Un rincón de Buenos Aires donde el color se mezcla con la pasión. Casas de chapa pintadas, tango en cada esquina y arte callejero por todas partes: La Boca es un auténtico caleidoscopio sudamericano.
Olvídate de las típicas casas blancas del Caribe: aquí van del amarillo sol al verde lima. Todo empezó con un alcalde del siglo XIX al que le molestaba el reflejo de la luz... y ordenó pintar las fachadas de cualquier color menos blanco.
¡Una joyita inesperada! Wrocław (Breslavia) es una explosión de color. Desde la Rynek, su plaza central con casas góticas y barrocas en tonos intensos, hasta los pequeños gnomos de bronce escondidos por la ciudad, aquí el arte se mezcla con la fantasía. Ideal para quienes disfrutan descubriendo rincones curiosos y buenas historias.
¿Qué me dices, pirata? Es hora de guardar el paraguas y sacar tu lado más colorido. Planea ya tu escapada en technicolor y cuéntanos: ¿cuál de estos lugares ya tienes en el punto de mira?
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