Hola pirata, ¡hoy volvemos con una nueva experiencia como voluntarios en el extranjero! Esta vez, hemos puesto rumbo a Tanzania. Un día a día entre chapatis, dala-dala y, por supuesto, ¡animales!
"Mbwa wa Africa" significa "perro de África" en swahili. Este es el lugar en el que serás bienvenido para tu estancia como voluntario. Como información a destacar, te diremos que el refugio emplea a personas locales a tiempo completo para cuidar a los animales enfermos, realizar cirugías, etc. Esto permite que las tareas para los voluntarios sean bastante agradables, teniendo como objetivo socializar a los animales lo máximo posible para prepararlos para la adopción.
Ser mayor de edad
Tener un nivel adecuado de inglés o alemán
Estar disponible durante al menos 2 semanas
Por supuesto, ¡amar a los animales!
Por lo general, trabajarás de 9 a 17 h, y tendrás de 1 a 2 días libres a la semana, dependiendo de los proyectos en curso. ¡Pero prometido, es mucho más agradable que un trabajo común! Las mañanas suelen estar dedicadas a pasear a los perros, mientras que por la tarde ayudas al personal en el refugio y te quedas en el lugar para mimar a los animales (¡una auténtica delicia, y créeme, hay mucho por hacer!).
Pasear a los perros en la naturaleza que rodea el refugio
Ayudar en su socialización
Participar en su aseo
Alimentar a los animales
Vigilar la salud de los animales e identificar cualquier problema
Por supuesto, si eres educador canino, veterinario o tienes otra especialización en este ámbito, puedes recibir misiones adaptadas a tus habilidades.
La verdad es que me gustó tanto esta experiencia que acabé adoptando un perro después. Pero quién pensaría en ir a Tanzania para cuidar perros y gatos, ¿verdad? Pues es importante saber que en Tanzania miles de animales vagan por las calles, muchos de ellos vulnerables, heridos o moribundos. Son estos animales, en especial, los que el refugio de Mbwa Wa Africa intenta salvar. Sin la valiosa ayuda de sus voluntarios de todo el mundo, sería complicado rescatar a tantos animales.
Al llegar, fui recibida por los dos fundadores: Sandra y Jens, dos alemanes que dedican su vida a estos animales. Pronto, me asignaron varios paseos. Fue entonces cuando comencé a conocer a los diferentes perros e intenté aprender sus nombres. Entre cachorros, perros con discapacidad, recién llegados y los que residen en el refugio, era muy fácil confundirse. Después de algunos días, ya me manejaba mucho mejor, e incluso comencé a tener algunos favoritos.
Poco a poco, me fueron dando más y más tareas. Pasaba mis días al aire libre, rodeada de los paisajes maravillosos de esta región de Tanzania. Siempre recordaré el día en que vi una gacela al salir del refugio... Ahí, justo frente a mí. Y es que no hace falta ir muy lejos para convertir la rutina en algo extraordinario.
Por las noches, tomaba un piki (un taxi-moto) para reunirme con otros voluntarios, hacer algunas compras (me encantaron los aguacates enormes a 30 céntimos) o disfrutaba la noche en un restaurante increíble. En mis días libres, aprovechaba para descubrir la vida tanzana y hacer safaris. Además, Arusha no está tan lejos y se puede ver el monte Meru durante todo el trayecto. Las escapadas son accesibles y cercanas, y, además, es fácil construir una vida social. Al final de mi voluntariado, me fui en tren a Dar Es Salaam y luego pasé dos semanas en Zanzíbar, lo que me permitió conocer aún más el país.
Un extra genial es que el refugio tiene un acuerdo especial para que los voluntarios puedan hacer safaris excepcionales con buenos proveedores (el coste corre a cuenta del voluntario, pero es una experiencia increíble).
Por supuesto, hay algunos inconvenientes y riesgos. El primero es enamorarse completamente de uno de los animales rescatados y regresar a Europa con él (comprobado y aprobado), aunque esto no estuviera PARA NADA en tus planes. Además, el tiempo que dedicas a tus tareas debe combinarse con una vida local que también puedas disfrutar, lo que requiere algo de adaptación y organización. Como los fundadores del refugio son alemanes, debes hablar alemán o inglés, lo que puede ser un esfuerzo si no estás acostumbrado a comunicarte en estos idiomas.
Y, por último, ¡no debes temer ensuciarte! Con decenas de perros, gatos, cabras, etc., te esperan muchos abrazos, incluso en los días de lluvia.
Si esta experiencia te interesa, puedes dirigirte al enlace que te dejo a continuación y completar el formulario. Luego, se pondrán en contacto contigo desde el equipo del lugar, quienes te proporcionarán toda la información que necesitas saber.
Mbwa Wa Africa es un pequeño refugio que crece año tras año; ahora cuenta con una casa para los voluntarios cerca del refugio. Concretamente, dos personas comparten una habitación, y las comidas están incluidas. El programa tiene un coste semanal (con descuento según la duración) y una tarifa inicial de $130. Este dinero cubre alojamiento, comidas y también contribuye a la operación del refugio. Es una estructura pequeña, por lo que verás directamente el impacto de tu contribución en el lugar. La vida allí es muy asequible, y no tendrás que hacer gastos adicionales en tu día a día.
En cuanto al visado, es sencillo y rápido: puedes obtenerlo directamente en el aeropuerto por 50€ para un visado de turista. El personal del refugio te recogerá en el aeropuerto, que está aproximadamente a 45 minutos del Aeropuerto Internacional Kilimanjaro.
Y, si deseas ayudar pero aún no puedes viajar a Tanzania, puedes apoyarlos haciendo una donación directa al refugio en su sitio web.
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